Integrar

Es el momento en el que te dedicas a sentir los efectos que la postura o serie de posturas ha creado en ti: la huella que te deja. En inglés se refieren a este instante como rebound, que aquí traduciré como “integrar”, puesto que la postura deja una huella, pone en marcha un mecanismo sutil en nuestro interior.

5 posturas para integrar

Cielo. Desde cualquier postura, túmbate boca arriba con las piernas separadas según la distancia que marcan tus caderas. Relaja los brazos a los lados del cuerpo o por encima de la cabeza.

Tierra. Desde cualquier postura, túmbate boca abajo con las piernas separadas según la distancia que marcan tus caderas. Relaja los brazos a los lados del cuerpo o por encima de la cabeza. Deja que una mejilla toque al suelo y cambia de lado antes de continuar con la siguiente postura.

Si lo deseas, puedes usar una mano encima de la otra como almohada para la mejilla.

Desde una postura sentada, inclínate hacia atrás. Utiliza los brazos estirados para sostener el torso. Separa las piernas respetando la distancia que marcan tus caderas. Inclina la cabeza hacia delante o hacia atrás, según lo que sientas mejor para tus cervicales.

Tierra. Siéntate sobre las rodillas y lleva las caderas hacia los talones. Camina con tus brazos hacia delante hasta que el abdomen se dirija hacia los muslos, y la frente, al suelo. Utiliza un soporte debajo del torso o de la frente si lo necesitas.

Cielo. Tumbado boca arriba, lleva las rodillas al pecho y los muslos, al abdomen. Sujeta las rodillas con las manos o abrázalas al pecho. 

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